Pequeños síntomas por los que acudir al dentista

Pablo Portabales:
Hoy hablamos de algo que todos tenemos… y no siempre cuidamos como deberíamos: ¡la boca! Nos acompaña Ana Cores, odontóloga y codirectora de la clínica Herrera & Cores, en O Temple. Ana, bienvenida.

Ana Cores:
Muchas gracias, encantada de estar aquí.

Pablo Portabales:
Ana, ¿es cierto eso de que “la boca es el espejo de la salud”? ¿Por qué pequeños síntomas debemos acudir al dentista?

Ana Cores:
Completamente. Muchas enfermedades del cuerpo se reflejan primero en la boca. Por ejemplo, las encías inflamadas pueden estar relacionadas con problemas cardíacos o diabetes. O una boca muy seca puede ser señal de problemas hormonales, efectos secundarios de medicamentos o incluso ansiedad.

Pablo Portabales:
¡Qué interesante! ¿Y qué cosas pequeñas podemos notar en casa que deberían hacernos consultar con un dentista?

Ana Cores:
Pues sangrado al cepillarse, mal aliento persistente, sensibilidad al frío o pequeñas llagas que no curan. Todo eso puede parecer menor, pero a veces es el primer aviso de algo más grande. Lo mejor es no esperar a que duela.

Pablo Portabales:
¿Y qué le dirías a la típica persona que dice: “Yo voy al dentista solo si me duele algo”?

Ana Cores:
Que es como ir al médico solo cuando ya estás enfermo. La salud oral es preventiva. Con una revisión al año podemos evitar infecciones, caries, problemas en encías… y ahorrar mucho en el futuro, tanto en salud como en dinero.

Pablo Portabales:
¿Sabías que…?

Ana Cores:
¿Sabías que una mala salud bucal puede incluso afectar la memoria o aumentar el riesgo de parto prematuro? La boca está conectada con todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo. Una infección ahí no se queda solo ahí.

Pablo Portabales:
Increíble. Pues ya sabéis: cuidar la boca es cuidar todo. Ana, ¿dónde os puede encontrar la gente?

Ana Cores:
Estamos en la clínica Herrera & Cores, en Cuesta de la Tapia 41, O Temple. Atendemos todas las especialidades, desde odontología general hasta estética facial. Y, sobre todo, tratamos a cada paciente con el cariño y el tiempo que se merece. 

Una sonrisa sana es mucho más que estética: es salud, energía y confianza.